WASHINGTON.- La ONG Human Rights Watch (HRW) ha asegurado que Estados Unidos no ha indemnizado a los iraquíes sometidos a torturas y otros malos tratos hace dos décadas por parte de las fuerzas estadounidenses en las prisiones de Irak bajo su control.
«20 años después, los iraquíes que fueron torturados por personal estadounidense siguen sin tener una vía clara para presentar una reclamación o recibir algún tipo de reparación o reconocimiento por parte del Gobierno estadounidense», ha señalado la directora para Washington de Human Rights Watch, Sarah Yager.
«Los funcionarios estadounidenses han indicado que prefieren dejar la tortura en el pasado, pero los efectos a largo plazo de la tortura siguen siendo una realidad cotidiana para muchos iraquíes y sus familias», ha añadido Yager.
Entre abril y julio de 2023, HRW entrevistó a Taleb al Majli, exdetenido en la prisión de Abu Ghraib, y a otras tres personas que deseaban permanecer en el anonimato, además de hablar con un exabogado estadounidense que prestó servicio en Bagdad en 2003, a un exmiembro de la Alta Comisión de Derechos Humanos de Irak y a representantes de tres ONG.
TORTURAS
«La mañana del 31 de octubre (de 2003), las fuerzas estadounidenses rodearon la aldea en la que vivía mi tío. Se llevaron a niños y ancianos de la aldea. Les dije que era un invitado de Bagdad, que vivía en Bagdad y que sólo había venido a visitar a mi tío. Me taparon la cabeza y me ataron las muñecas con bridas de plástico, luego me subieron a un (vehículo) Humvee», declaró Al Majli.
Aunque primero estuvo en una base militar y en otro lugar desconocido, las torturas comenzaron tras su traslado a la prisión de Abu Ghraib.
«Fue entonces cuando empezaron las torturas. Nos quitaron la ropa. Se burlaban de nosotros constantemente mientras teníamos los ojos vendados y capuchas en la cabeza. Estábamos completamente indefensos. Me torturaron con perros policía, bombas de sonido, fuego real y mangueras de agua», explicó el entrevistado.
Al Majli también habría sido obligado a desnudarse delante de los soldados estadounidenses, que acto seguido «amontonaron» a varios prisioneros desnudos unos encima de otros.
FALTA DE EVIDENCIA
Tras la invasión estadounidense de Irak en 2003, Estados Unidos y sus aliados llegaron a detener a unos 100.000 iraquíes desde el inicio de la operación militar hasta 2009, y numerosas organizaciones como HRW han documentado que los detenidos sufrieron torturas y otro tipo de abusos por los que no han sido indemnizados.
Además, la ONG ha recordado que la legislación nacional estadounidense, en virtud con las Convenciones de Ginebra de 1949 y la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y el Derecho Internacional Consuetudinario, prohíbe dichas prácticas.
El expresidente de Estados Unidos George W.Bush pidió disculpas en 2004 por la «humillación sufrida por los prisioneros iraquíes» y poco después, el entonces secretario del Departamento de Defensa, Donald Rumsfeld, declaró ante el Congreso que había encontrado una forma legal de indemnizar a los que sufrieron estos tratos.
Sin embargo, HRW no ha podido encontrar ninguna evidencia de que estas indemnizaciones se llevasen a cabo.
La División de Investigación Criminal (CID, por sus siglas en inglés) del Ejército de Estados Unidos llegó a abrir 506 investigaciones sobre este tipo abusos cometidos presuntamente por militares estadounidenses y del resto de la coalición en Irak entre 2003 y 2005, en el que se incluyen 376 casos de agresión, 90 casos de muertes, 34 casos de robo y seis casos de agresión sexual.