A dos horas de la ciudad de Santo Domingo se encuentra el municipio Baní, de la provincia Peravia, donde funciona, desde el año 2010, un centro de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Luego de siete años brindando docencia, graduó 76 nuevos profesionales de grado y maestría el pasado 13 de marzo.
El alcance de este centro se expande a otros lugares. Los bachilleres de diferentes municipios de la región llegan a estas aulas a estudiar. Con dificultades y precariedades reciben docencia. En su día a día tienen que recorrer largas distancias entre una clase y otra.
Por esta situación han tenido que solicitar los servicios de motoconchistas que operan en la zona, para poder trasladarse en tiempo ‘récord’ a sus clases, y cumplir una de sus principales metas: ser profesionales. Las materias teóricas y prácticas que ofertan en diferentes áreas del saber son impartidas en edificios alquilados y aulas de centros educativos del sector público. Sus laboratorios también se encuentran a una gran distancia. Desde su fundación el 19 de febrero de 2008, su población estudiantil ha tenido que abrir sus libros y cátedras entre lugares equidistantes.
La exdiputada de Peravia, Liseloth Arias, es quien habla de esta realidad. Expresa que la población joven de este territorio se está quedando atrás en estudios técnicos y universitarios. Por lo que pide hacer frente a esta realidad a través de escuelas vocacionales, técnicas y de grado universitario.
A pensar de esta situación, los maestros de esta universidad brindan preparación académica a 1,657 estudiantes que en la actualidad se forman en sus 12 carreras, pertenecientes a las áreas de educación, ciencia, humanidades, economía y salud.
El director del centro, Juan Hernández, revela que el problema de infraestructura ha enfrascado algunas carreras. Una de ellas es Ingeniería Agronómica, mención Suelo y Cultivo, la cual no han logrado impartir por la falta de condiciones.
Desde las 10:30 de la mañana, del pasado jueves, el Centro Cultural Perelló, de esta ciudad sureña, reunió en uno de sus espacios a los miembros del comité que busca impulsar la zona universitaria de Baní.
Durante el encuentro expresaron la necesidad de que el Gobierno disponga una partida del presupuesto nacional para iniciar la construcción de la ciudad universitaria. Alegan que las provincias Peravia, Azua y San José de Ocoa, pertenecientes a la región Valdesia, necesitan de esta.
El presidente del patronato, Wilson Peña, indicó que una ciudad universitaria evitará la movilización que diariamente realizan estudiantes del centro hacia la sede, lo que representaría para estos jóvenes un menor costo económico.
“Esta construcción traería avance incalculable para la región. Traería más secciones, más carreras. Los bachilleres podrán avanzar a tiempo sus carreras. Ya no tendrían que desplazarse hacia la sede y sus gastos serían menores”, indica.
En el desarrollo del evento, diversas personalidades reconocieron a Listín Diario y externaron las gracias al director, Miguel Franjul, por el respaldo que ha brindado para materializar el progreso y desarrollo de la UASD en esta parte del Sur.
Franjul, quien estuvo acompañado de su esposa, Wendy Santana, planteó que en esta ciudad universitaria se debe desarrollar un modelo técnico profesional, que responda a nuevas formas de producción que están surgiendo en el país.
“La inserción de ese modelo tecnológico puede constituir un buen aliciente para que los jóvenes bachilleres puedan pasar por un punto intermedio de la tecnología y responder a los modelos de producción”, expresa Franjul, luego de revelar que cerca de 400 mil nuevos profesionales estarán en las calles en menos de tres años.
Lo que considera como “la gran estafa a la sociedad dominicana”, al sostener que la economía dominicana no tiene capacidad para solventar esa cantidad de egresados en el mercado laboral.
Alrededor de las 12 del mediodía, las personalidades recorrieron el terreno donado por el ayuntamiento municipal para la construcción de la zona universitaria, ubicado en Guazuma. Un espacio de 31 mil metros está totalmente protegido por una verja perimetral que en su frente tiene el nombre de la alta casa de estudios.