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sábado, noviembre 23, 2024

Suben consultas médicas por secuelas del Covid-19

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Dos psiquiatras advirtieron ayer que el Covid-19 provocará un incremento de los trastornos mentales en amplios sectores de la población sin antecedentes de padecimientos de este tipo, debido a la incapacidad de algunas personas para manejar las secuelas económicas y emocionales que dejará este letal virus en el país.

Al analizar para LISTÍN DIARIO el impacto antes, durante y después de esta pandemia, los profesionales de la conducta José Miguel Gómez y Víctor Figueroa coinciden en que gran parte de la población desarrollará trastorno del estrés postraumático por el desempleo, las deudas  y la incapacidad de adaptarse a la nueva realidad en la era post Covid-19, lo que podría incluso tener desenlaces fatales con un aumento de las tasas de suicidios en el país.

En sus consultas tanto a nivel público como privado, ofrecidas a través de diversas plataformas virtuales y por llamadas telefónicas a pacientes afectados por el Covid-19, los especialistas han detectado también ansiedad, depresión, falta de apego, desesperanza, agotamiento físico y cambios en el ciclo del sueño, además de la incertidumbre sobre cómo quedará la economía del país y un aumento en el consumo de alcohol.

En la primera etapa de confinamiento por el virus, han visto también un elevado nivel de estrés, nerviosismo, intranquilidad, desesperación, impotencia, angustia y ataques de pánico por no saber qué era el Covid-19, cómo se iba a desarrollar y el tiempo que se estaría en cuarentena.

Por segmentos de la población, en niños detectaron niveles altos de ansiedad y tristeza por ver a sus padres preocupados, la incertidumbre de cuándo retornarán a clases o volverán a jugar fuera de las casas con sus amiguitos, así como estrés por el exceso de trabajo escolar en plataformas virtuales.

El punto central de los adolescentes ha sido la falta de socialización y de privacidad en los hogares por la hipervigilancia de los padres, lo que ha generado conflictos y desafíos a la autoridad de los progenitores.

En cuanto a los adultos, la mayor preocupación se centra en lo económico por el descenso de los ingresos, deudas y desempleo, conflictos de parejas y con los hijos, el teletrabajo y la incapacidad de adaptarse a la nueva realidad que impone el Covid-19, sin vislumbrarse una salida inmediata.

En envejecientes su mayor preocupación es la pérdida de la salud y porque no están disfrutando sus últimos años de vida por el confinamiento, así como el temor a enfermarse debido a que muchos conviven con sus hijos y nietos.

“Hay gente que después de esta pandemia tendrá que manejar estresores psicosociales para retomar su proyecto de vida, otros desarrollarán trastornos adaptativos, trastornos disfuncionales  y emocionales”, explicó Gómez, expresidente  de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría.

Reconoció que estas cosas pasan cuando hay catástrofes o una pandemia como el Covid-19, que desestabilizan todo el comportamiento social, económico,  familiar  y emocional, aumentando así los indicadores de riesgos en salud mental.

Gómez indicó que luego en la etapa de confinamiento y toque de queda las personas comenzaron a presentar cambios conductuales dentro de las casas, lo que provocó conflictos de parejas que terminaron hasta en divorcios y casos de niños y adolescentes que desafiaron la autoridad de los padres.

Explicó que niños y adolescentes sufrieron maltratos físicos y emocionales por parte de padres que no estaban en capacidad de manejar las reacciones negativas de sus hijos abrumados por la docencia virtual, el teletrabajo y el prolongado encierro.

Exhortó a prestar atención también a aquellas personas con adicciones que durante la cuarentena han entrado en un síndrome de abstinencia, como los ludópatas (adictos al juego), drogadictos, alcohólicos y compradores compulsivos,  ya que han tenido comportamientos inadecuados y hasta violentos con sus familiares.

“Ya la Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de una pandemia post Covid, de cómo la atención primaria en salud tendrá una carga fuerte de personas con situaciones de estrés postraumático y males psicosociales que aumentarán la demanda en salud mental en todos los países del mundo, y en Latinoamérica más porque habrá más pobreza, más hambruna y más desempleo”, refirió el psiquiatra.

Gómez consideró que la apertura gradual de la economía en el país y el mundo ha tenido resultados inmediatos negativos, debido a que la gente ha vuelto al viejo patrón de la normalidad, demostrando que reflexionó y maduró muy poco en la etapa del confinamiento.

“Desgraciadamente aquí mucha gente ha salido a comprar de manera desmedida cosas que no necesita y a solicitar préstamos y tarjetas de crédito para gastar en cosas que no son prioritarias”, reflexionó Gómez, quien exhorta a la prudencia en los gastos y a enfocarse en producir más.

Mientras Figueroa considera inminente un incremento de los trastornos mentales debido al Covid-19, lo que ya ha sido advertido incluso por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Esta pandemia afectará a mediano y largo plazo la salud mental y ya comenzamos a ver sus efectos. Se estima que pudiese haber un aumento de trastornos mentales y recaídas en paciente ya diagnosticados, así como también aumento en el consumo de drogas tanto legales como ilegales”, expresó el especialista.

Figueroa, quien desde marzo pasado brinda asistencia virtual a pacientes tanto nivel público como privado por Zoom, Skype, Meet y WhatsApp, así como también a través de llamadas telefónicas, dijo que una apreciable cantidad de personas han entrado en paranoia por la salud y ante cualquier cambio o sensación corporal interpretan que están enfermos del Covid-19 y van a las emergencias para ser evaluados, otros compran mascarillas y guantes en exceso, abusan del gel y lavado de manos.

“Todo esto que acabo de describir ocurre tanto en personas que aparentemente no tienen antecedentes de enfermedad mental como en quienes son pacientes. Cuando hablamos de las personas que están en tratamiento psiquiátrico desde hace tiempo es aún peor, porque son más vulnerables ante la situación actual”, explicó el psiquiatra, quien tiene un máster en adicciones.

Advirtió que los padres pueden llegar a quedarse sin herramientas para lograr que sus hijos abrumados por el confinamiento no se sientan tristes y desesperados.

“Y recordemos que los niños están acostumbrados a conseguir las cosas de manera inmediata, el no poder jugar, el no poder ir a los sitios que les gustaba, los lleva a tener desesperanza y a esto se suma el tener que migrar el trabajo escolar a plataformas virtuales que les genera estrés porque les parece que ahora tienen más trabajo que en condiciones normales”, añadió Figueroa, quien ofrece sus servicios, además de a nivel privado, en el Hospital Central Fuerzas Armadas y en el Centro de Atención Integral a Niños, Niñas y Adolescentes en Consumo de Sustancias Psicoactivas (CAINNACSP).

Gómez y Figueroa exhortan al Ministerio de Salud Pública a implementar desde ya campañas preventivas de salud mental en las unidades de atención primaria, con la disponibilidad de fármacos para atender los diversos trastornos mentales que dejará el nuevo coronavirus en la sociedad y las recaídas en aquellos que por problemas económicos interrumpieron sus tratamientos.

CIFRAS

En los últimos dos meses, el Servicio de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública y otras instituciones afines han realizado 7,126 intervenciones virtuales de ayuda psicológica y psiquiátrica a personas con diferentes trastornos por el Covid-19.

De los casos atendidos, 3,342 (42%) corresponden a trastornos de  ansiedad;  2,023 (25%)  trastorno del sueño; 1,245 (16%) depresión;  747 (9%) estrés; 447 (6%) trastorno adaptativo  y  146 (2%) conducta suicida.

Han sido atendidas 4,768  mujeres  y  2,358 hombres por un equipo de 598 psicólogos y 70 psiquiatras, coordinados por el  Ministerio de Salud Pública y el Servicio Nacional de Salud.

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