La reforma policial sigue avanzando sin interrupciones bajo una línea de trabajo coordinado, teniendo siempre en mira que la elaboración de ese proyecto reformador del cuerpo de orden público contempla la construcción de más de 200 destacamentos a escala nacional.
Así lo declaró ayer el director de la Policía Nacional, Edward Ramón Sánchez González, que a su vez destacó que el proceso de reforma general encuentra cada vez menos resistencia interna en la institución.
El alto rango policial ha destacado los esfuerzos del gobierno del presidente Luis Abinader para combatir la delincuencia y la criminalidad con el plan de Seguridad Ciudadana.
Las declaraciones de Sánchez González fueron realizadas antes del inicio de la jornada de rendición de cuentas del Ministerio de Medio Ambiente, en el Hotel Embajador.
Según ha establecido el Gobierno dominicano, la reforma integral de la Policía Nacional es una de las tareas pendientes de más relevancia de la democracia, constituyendo “una prioridad para la consolidación del Estado social y democrático de derecho que establece la Constitución, con el propósito de fortalecer el sistema de justicia y la seguridad ciudadana”.
Una institución clave
Se establece que el cuerpo policial es “una institución clave para el fortalecimiento del orden democrático y la salvaguarda del imperio de la ley”.
Su labor es fundamental para la seguridad ciudadana, pero para cumplir cabalmente con su responsabilidad necesita la confianza de la población y su legitimidad dependerá de su apego a la Constitución y a las leyes.
“Como ha pasado en otros países de la región, la sociedad ha sufrido el auge de nuevas modalidades delictivas, altos niveles de criminalidad, y en general hechos graves que en ocasiones comprometen a la Policía, cuando debiera ser un garante efectivo de las leyes, respetuosa de la misma la ley que la norma”, explican las autoridades.
El proceso de adecuación normativa a partir de la ley 590-16 enfocaba la necesidad de regular un cuerpo armado garante del orden, de la convivencia ciudadana y con presencia en todo el territorio para convertirla, como es el ideal, en una policía de aproximación al ciudadano, civilista y amigable. Sin embargo, esta vocación reformadora quedó estancada por diversas razones, tales como la no aprobación de los reglamentos que operativizan el cumplimiento de la referida ley.