Miles de litros de agua se desperdician diariamente en Baní, debido a que los contratistas del nuevo acueducto no sustituyeron las viejas tuberías de la red de distribución que ya no están en capacidad de recibir la presión del líquido.
Las líneas de conducción del nuevo acueducto han permitido suministrar agua por gravedad a los tanques de almacenamiento de los diferentes acueductos ya existentes, por lo que corre una mayor cantidad de agua potable en las redes de distribución.
Paralelo a esta situación, una buena parte de los habitantes de los barrios de la zona norte no están conectados al nuevo acueducto, debido a que quienes diseñaron la obra no contemplaron establecer conexiones para barrios como La Saona, El Maní, El Fundo, Barracones, Cajuilitos, Morador Norte, Las Colinas, Pueblo Nuevo, 24 de Abril, 20 Casitas, Brisas de Guásuma.
En esos sectores residen 50,000 personas que tienen que abastecerse de agua de otras fuentes.
Baní, como municipio cabecera de la provincia y espacio territorial donde reside más del 60% de la población, junto a sus decenas de barrios, además de las empresas, negocios y centros de servicios, es la parte más afectada y la que en la actualidad representa el problema principal del nuevo sistema de suministro de agua potable.
La construcción del acueducto estuvo a cargo de las empresas Acciona Agua y Abi Karram Morilla Ingenieros Arquitectos, con una inversión de US$137 millones. Los trabajos se iniciaron en 2008, y la primera etapa se inauguró en el 2016 con la puesta en operación de una planta de recepción de agua cruda