Los primeros dos años de gobierno del presidente Luis Abinader sirvieron de escenario para el estallido de sucesivos escándalos mediáticos y críticas de la oposición que laceraron, en gran parte, las ejecutorias emprendidas por el mandatario.
Abinader fue juramentado el 16 de agosto de 2020 en medio de una crisis económica mundial provocada por la pandemia del Covid-19, un escenario que luego se agravó al estallar el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania el 24 de febrero de este año.
República Dominicana vivía momentos difíciles en plena expansión del virus. En medio del estado de emergencia, el crecimiento económico del país cayó de 5.1% en 2019 a menos cero. Para entonces se registraban 1,400 fallecidos y 85 mil contagios.
El nuevo jefe de Estado, a quien se le reconoce un buen manejo de la crisis sanitaria, se vio precisado a aumentar de inmediato el presupuesto de salud hasta RD$66,000 millones en sus primeros cuatro meses y continuó los programas sociales destinando 100,000 millones de pesos a los sectores afectados.
Su gobierno auspició un plan nacional de detección, aislamiento, rastreo y tratamiento de contagios, así como garantizar a la población el acceso a las vacunas contra el virus, lo que fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que lo invitó en mayo a la Cumbre Mundial de la Salud celebrada en Ginebra, Suiza, para exponer su exitosa gestión.
Abinader había presentado también el lunes 26 de agosto, diez días después de tomar posesión, un plan de relanzamiento del turismo, para recuperar el sector con la afluencia de visitantes, que fue considerado por los opositores precipitado y riesgoso. En mayo pasado la Organización Mundial del Turismo (OMT), reconoció al país por la “ejemplar” recuperación turística.
La corrupción
La transparencia y la lucha contra la corrupción fue uno de los temas donde mayor énfasis puso el presidente Abinader en su discurso de toma de posesión ante la Asamblea Nacional. Fue su buque insignia para el triunfo en las elecciones del 5 de julio de 2020 acompañando la consigna de ‘Gobierno del Cambio.
Pero, paradójicamente, junto a los escándalos generados por la persecución y apresamiento de altos exfuncionarios civiles y militares de su antecesor Danilo Medina, este tema aportó también incontables ruidos a la gestión de Abinader durante sus primeros 24 meses.
“No se permitirá que la corrupción del pasado quede impune. El que robó dinero del pueblo tiene necesariamente que pagar en la justicia por sus actos”, dijo el mandatario tras anunciar la designación de una Procuradora General y una Procuradora Adjunta independientes.
Esta advertencia se extendió a los nuevos funcionarios. “No toleraré ningún acto de indelicadeza y mucho menos de corrupción. El que se equivoque con el dinero del pueblo será inmediatamente destituido y puesto a disposición de la justicia”, sentenció.
Como una premonición desde el principio del gobierno, Abinader se ha visto precisado a enfrentar ese desafío y sustituir de manera sucesiva ministros y viceministros, directores generales, administradores y una estela de funcionarios medios vinculados con denuncias de actos ilícitos.
A estas falencias gubernamentales se asocian la reciente renuncia del ministro de la Presidencia, Lisandro Macarrulla, y la sustitución del influyente ministro de Educación, y ahora ministro Sin Cartera, Roberto Fulcar, quien inclusive acudió a la Cámara de Cuentas y la Procuraduría General, tratando de aclarar su situación.
Un poquito para atrás
El propio presidente Abinader, que por momentos da notaciones de cabalgar solitario con el gobierno a cuestas, ha impulsado imperativas decisiones que degeneraron en inesperados episodios ruidosos, que tuvo que echar para atrás.
Fueron sintomáticos los siguientes casos: Reforma Fiscal Integral llevada a agenda junto a las 12 reformas propuestas al liderazgo nacional en su discurso del 18 de agosto pasado, con motivo del primer año su gobierno. La barahúnda fue de tanta magnitud, que el mandatario pronunció otro discurso el 27 de octubre para anunciar al país: “No va ninguna reforma”.
Un caso similar ocurriría con la reforma a la Constitución, para otorgar independencia al Ministerio Público, que motivó hasta el retiro de los partidos de oposición de las discusiones en el Consejo Económico y Social (CES), bajo la sospecha de otros motivos ocultos cuando la conociera la Asamblea Nacional Revisora.
La nueva tempestad estaría reservada el discurso del 30 de enero de este año, cuando el presidente Abinader anunció el sometimiento al Congreso de una Ley de Fideicomiso para la planta termoeléctrica Punta Catalina. Se desataron todos los demonios y el mandatario no tuvo otra alternativa que retirar el proyecto.
Otro ruido mayúsculo retumbó en el país con la Ley de Tasa Cero, para importar libre de aranceles productos de la canasta familiar básica, con el objetivo de enfrentar la inflación que rondaba el 8.5%. Luego de múltiples debates y acuerdos el proyecto fue aprobado el 26 de abril, pero todavía se está a la expectativa de los resultados temporales esperados.
En esta gestión también se aprobó en el Congreso, en medio de escarceos, la Ley de Extinción de Dominios, pero retumban los tambores de guerra en torno al Código Penal y sus tres causales sobre el aborto, que tiene más de dos décadas en el Congreso en medio de todo tipo de oposición, así como la promesa de aprobación del presidente Abinader y los senadores y diputados.
Además, en estos dos primeros años, el gobierno fue afectado por un escándalo con la distracción de fondos de la tarjeta Supérate, por lo que varias personas están presos. También esta gestión ha sido salpicada por toda suerte de protestas sectoriales en medio de la crisis.
Como ejemplo más próximo de esta última observación está el extendido reclamo de millones de usuarios del servicio eléctrico a finales del mes pasado, que originaron la renuncia del Superintendente de Electricidad, Rafael Velazco, y que el mandatario dejara sin efecto los aumentos en la factura eléctrica.
La situación se caldeó cuando salieron a flote los irracionales incrementos salariales dispuestos en la Superintendencia y las Empresas Distribuidoras de Electricidad, mientras se aplicaban a los dominicanos incrementos escalonados en la tarifa y una prolongada tanda de apagones.
Cabe citar también las preocupaciones generalizadas en otro importante reglón, referente a la creciente inseguridad existente en el país durante este período. Esto ha provocado el temor de la gente por los crímenes, robos y asaltos ocurridos a cualquier hora y lugar, mientras las autoridades impulsan planes sectoriales, patrullajes mixtos y una reforma policial que entró a la fase primaria de educación de los agentes.
Los logros
En los dos primeros años de gobierno, el presidente Abinader ha exhibido el éxito de su política económica, orientada principalmente hacia la estabilidad macroeconómica, recuperación del sector turístico, zonas francas, generación de empleos y apoyo a los programas sociales, y a las micro, pequeñas y medianas empresas.
Según el último informe del Banco Central, las proyecciones de crecimiento de República Dominicana con relación a los demás países de América Latina se sitúan en un 5.0%, superado solo por Panamá, 7.6%, y Colombia, 5.5%. Sostiene además que debido a su buen desempeño, en el período enero-mayo de este año su crecimiento fue de 5.6%.
Las reservas internacionales se han fortalecido, superando los US$14,400 millones, por encima de las métricas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI). En torno al endeudamiento el propio presidente Abinader aseguró el pasado miércoles durante un reconocimiento entregado por la Asociación Nacional de Hoteles y Turismo (Asonahores), que en junio pasado era de 62% sobre el Producto Interno Bruto (PIB), que era el mismo de agosto del 2020. “A pesar de la inflación hemos mantenido el mismo en la República Dominicana”, dijo.
En el caso del turismo, debido a su recuperación, ese sector aportó el 34% al crecimiento económico del país. El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, quien fue confirmado en su cargo por el presidente Abinader, este notable desempeño responde a la llegada de 3,547,143 viajeros en enero-junio, un aumento de 1,649,500 pasajeros (86.9%), respecto al mismo período del año pasado.
El gobierno también inició grandes proyectos y otras obras de infraestructura que están en curso, realizó extensas jornadas de trabajo y recorridos por todo el país, reunión con personalidades y numerosas promesas comunitarias, que algunos sectores políticos, incluyendo de su propio Partido Revolucionario Moderno (PRM), asocian con una virtual búsqueda de la reelección presidencial
Al gobierno de Abinader se le ha reconocido su política internacional respecto a la situación de Haití. En el discurso que pronunció ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el 22 de septiembre del año pasado donde llamó a la comunidad internacional no abandonar ese país en medio de la situación de inseguridad en que se encuentra, El jefe de Estado también ha advirtió en su discurso de rendición de cuentas el 27 de febrero, que Republica Dominicana no cargará con Haití, y defendió la construcción del muro fronterizo.
Mañana, el presidente Abinader volverá a hablar al país para evaluar su administración en estos dos primeros años. En esta ocasión pronunciará su discurso desde la explanada del Monumento a los Héroes de la Restauración, en Santiago, en medio de las expectativas por la crisis. Sus principales luces y sombras están ahí, a la vista de todos.
Conflictos en PRM.
El PRM fue otro punto de generación de conflictos en estos primeros dos años del gobierno de Abinader. Las protestas por empleos de sus militantes se convirtieron en una olla de presión desde el principio, así como los actos de indisciplina de altos dirigentes y congresistas, algunos de los cuales se vieron involucrados en temas de narcotráfico.