Según datos de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), entre mediados de 2020 hasta febrero de este año 2023, han sido interceptadas al menos 84 lanchas ligadas al tráfico de drogas en las costas del país, siendo el 51% (43) en 2022.
En las costas dominicanas se han incautado 33,381 kilogramos de cocaína, que representan el 62% del total de esa droga decomisada, ascendente a 54,102 kilogramos.
En los últimos seis meses, los decomisos costeros alcanzan 3,789 kilogramos de cocaína que representan el 11% del total decomisado en las costas y el 7% del total general en el país durante el periodo.
Las zonas costeras donde son capturadas más lanchas con droga son: Enriquillo, en Barahona; seguida de las playas de Peravia (Baní), Santo Domingo Este, Boca Chica y Punta, la zona de Bayahíbe y las playas Palmilla e Isla Saona, las costas de San Pedro de Macorís, Azua y la zona de Pedernales, Oviedo y la isla Beata.
“En las zonas costeras del sur, principalmente Barahona y Pedernales, es común la participación de los pescadores conjuntamente con los narcotraficantes en el manejo de la logística de los desembarcos. El nivel de involucramiento es tal, que actúan como vigilantes de avanzada para anunciar la presencia de las cuatro letras en la zona, código con el cual identifican a la DNCD, la recepción de alijos de cocaína en alta mar a la altura de las 70 millas náuticas para traerlos a tierra y algunos hasta se convierten en capitanes o forman parte de la tripulación de las embarcaciones que transportan la cocaína desde las costas de sudamérica hasta el país, es de ahí que sea común que cuando se capturan las lanchas, entre los apresados figuren uno o dos dominicanos formando parte de la tripulación”, indicó una fuente a LISTÍN DIARIO.
De acuerdo con el informe entregado a este medio, algunos pescadores han abandonado sus labores habituales para esperar y rescatar los alijos de drogas que regularmente llegan arrastradas por las corrientes marinas a las playas de las costas de Barahona y Pedernales, por el hundimiento lanchas o el abandono en el mar cuando los narcotraficantes están siendo perseguidos por las autoridades locales.
Al momento de que los “playeros” (como se les conoce en la zona) recogen la droga de las costas, es comprada a un precio por debajo del mercado por “los padrinos”.
“Una manifestación de cómo está incidiendo el narcotráfico en la vida de los moradores de estas áreas costeras sureñas, es la ostentación de riqueza que hacen gala algunos playeros, comerciantes y personas de pobreza reconocida exhibiendo lujosas residencias, prendas costosas y costosos vehículos que contrastan con el ambiente de pobreza que caracteriza los pueblos de esa región”, indican.
Puertos y aeropuertos
El 79% de la cocaína decomisada en puertos del país fue incautada en el multimodal Caucedo, en Boca Chica, seguido de los ubicados en Haina, Sans Soucí, Don Diego y Santo Domingo. El puerto de Caucedo es el principal del país por donde pasa la mayoría de los barcos contenedores de importación y tránsito de mercancías procedentes mayormente de Colombia, Suriname, Guatemala, Ecuador y Perú, con destino a los puertos de Róterdam (Países Bajos), Amberes (Bélgica), Valencia (España) y otros destinos europeos y, por supuesto, hacia Puerto Rico o EEUU.
De acuerdo con la informaciones, se han formado grupos criminales en las comunidades aledañas al puerto de Caucedo que se encargan de la entrada y salida de la cocaína al mismo. El modus operandi consiste en que cuando la cocaína llega al país en tránsito para ser reembarcada en contenedores hacia otros destinos, es recibida por estas organizaciones de narcotráfico presuntamente con el apoyo de grupos en Boca Chica y La Caleta.