El Ministerio de Defensa dispuso un servicio fijo de vigilancia en el pequeño atajo llamado “Callejón de la Droga”, en la sección Pinzón, donde el pasado sábado resultaron muertos a tiros en un incidente un miembro del Ejército de la República Dominicana (ERD) y un haitiano no identificado.
De acuerdo con informaciones obtenidas por este redactor, ese es el lugar predilecto, por su difícil acceso, de los haitianos que se dedican a la venta de marihuana y de dominicanos que vienen a comprarla y que, muchas veces, son apresados por efectivos de los organismos de seguridad del Ministerio de Defensa.
La muerte del raso Oriano Montero Encarnación, de 24 años, oriundo de Hondo Valle y perteneciente al Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront), ha exacerbado los ánimos a todos los militares que prestan servicios en esta provincia, según han expresado algunos de ellos.
Inclusive, un oficial que pidió reservas de su nombre, advirtió que instruirá a sus subalternos para que en lo adelante, “a todo haitiano que le pique un ojo cuando estén de servicios en la frontera con Haití, le dispararán a hacer blanco”.
Se supo que en el Callejón de la Droga, antes del fatal incidente, se realizaban patrullajes periódicos pero que ahora instalarán un servicio permanente.
Los hechos. A las 2:15 de la tarde del pasado sábado, cuando una patrulla compuesta por Montero Encarnación y el sargento Carlos Manuel Montero Lorenzo realizaban labores de patrullaje en el Callejón de la Droga, en la sección Pinzón, estos mandaron a parar a dos haitianos con sendas mochilas en sus espaldas porque resultaban sospechosos.
Uno de ellos, sin mediar palabras, le propinó un balazo en la nuca a Montero Encarnación, con la pistola marca Tauro, calibre 38, No.K592784.
El sargento Montero Lorenzo utilizó su revólver de reglamento y cuando le quiso disparar al haitiano, se encasquilló, obligándolo a enfrascarse en un cuerpo a cuerpo con el extranjero, pudo quitarle la pistola y le hizo dos disparos que le causaron la muerte.
Al momento de redactar esta información, los cadáveres de los hombres aún estaban en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) con sede en el municipio de Azua, donde fueron llevados para practicarles las necropsias correspondientes.
Montero Lorenzo se comunicó de inmediato con su base para informar lo sucedido y al lugar se presentaron oficiales a cargo de las actividades en esa área y el médico legista para levantar los dos cadáveres, que fueron trasladados a la morgue del Hospital Provincial Rosa Duarte.
Lamenta muerte. El Ministerio de Defensa expresó en una nota de prensa que ampliarán las investigaciones, al tiempo de lamentar la muerte de Montero Encarnación en el cumplimiento del deber en la seguridad de la zona fronteriza.