Cuando el gigante hipotecario IndyMac colapsó, en julio del 2008, las autoridades monetarias aseguraron que era un “caso aislado”, que el sistema financiero estaba “sólido”. Transcurridos 64 días, quebró el banco de inversiones Lehman Brothers, y colapsó Wall Street.
En noviembre quebró FTX, el gigante de criptomonedas, el ocho de marzo quebró Silvergate Capital, que convertía criptomonedas en dólares y viceversa. Dos días después, colapsó Silicon Valley Bank.
El sistema financiero es como una gran orgía, donde todos se acuestan con todos, con un infectado de venerea todos estarán infectados.
Como todos los bancos tienen negocios con todos los bancos, directa o indirectamente, el colapso de uno afecta a todos de una forma u otra, es innegable.
De noviembre a hoy, quebró un banco cada 40 días, claro, las autoridades dirán que son “casos aislados”.
El futuro está bastante claro, luce en extremo ominoso.