Prefacio
Se ha sostenido que, para conocer el presente tenemos que retraernos al pasado. Y ello es tan evidente que en la sicología moderna, para entender la conducta que asumen ciertos individuos que desentonan con el comportamiento normal, llámese un sicópata, un asesino en serie o un depravado sexual, casi siempre se recurre a uno o varios eventos o traumas del pasado, los cuales dejaron huellas en la siquis de esa persona.
Obviamente, la historia que es la ciencia social que se encarga de estudiar el pasado de la humanidad, tiene en esa teoría una herramienta fundamental para descubrir las causas, motivos o situaciones específicas que constituyeron los elementos y la génesis de una confrontación actual. Por esa razón, en esta modesta entrega de opinión que hoy presento, voy a recurrir al pasado histórico que dio origen al debate y al enfrentamiento milenario entre los israelíes y los árabes marginados que hoy, graciosamente, y sin asidero histórico se hacen llamar «palestinos».
Tomando como punto de partida lo arriba escrito, podemos deducir el porqué Tales de Mileto dijo: «Si busca una buena solución y no la encuentras, consulta al tiempo, puesto que es la máxima sabiduría».
El pueblo «palestino»: una falacia histórica
Hay personas que tratan de contar la historia a su manera por razones ideológicas, políticas o religiosas. El problema para ellos consiste en que ella misma se encarga de desmentirlos. Es por eso que algunos alegremente dicen que: «Israel ocupa la tierra de los palestinos» pero, si usted es de los que leen, buscan datos e investigan en la historia, y no se dejan impresionar por cuentos chinos, se dará cuenta que eso no es más que una falacia histórica que ha provocado derramamientos de sangre y destrucción.
Conforme a esto les pregunto a los amables lectores: ¿qué se requiere desde el punto de vista social y antropológico para que los seres humanos formen un pueblo, una sociedad, una civilización o un país? Se necesitan tres requisitos fundamentales para ello ser considerados como tal:
1.- a) Debe predominar un estilo de vida urbano con la imposición de las reglas sociales;
2.- b) La misma debe estar cimentada en el sedentarismo, lo cual conlleva al desarrollo de la agricultura, el trabajo, la comercialización y el uso de la moneda; y, por último,
3.- c) Debe existir un legado cultural, idioma, creencias, valores, leyes, instituciones y costumbres propias que los haga diferentes al resto.
¿Entonces, si la antropología y las ciencias sociales reconocen estos tres fundamentos para que un conglomerado humano sea considerado un pueblo, que alguien me diga o demuestre si los árabes marginados lo tuvieron en el pasado histórico a diferencia del pueblo judío con una cultura milenaria? Vuelvo y les pregunto: ¿cómo podemos saltar las ciencias sociales, desconocer la historia y llamarle «pueblo palestino» a un un grupo de personas que no tuvieron esos requisitos establecidos por las ciencias sociales? ¿O acaso debemos cuestionar o negar la historia cuando no nos conviene?
Israel y -así lo demuestra la historia- ha ocupado esas tierras desde los tiempos del Patriarca Abraham. Nunca ha existido un pueblo o nación llamada «Palestina» en cambio, sí ha existido una pueblo llamado Israel. Lo que sí existió fue un territorio llamado «Palestina Judía», pues era una demarcación cuyo nombre proviene de los antiguos filisteos que estaba bajo el control del Imperio turco-otomano desde el 1517 hasta el 1917 que incluía a Jordania, Siria y El Líbano». Eso significa amigos lectores, que la Palestina Judía abarcaba desde el Israel moderno hasta Irak, incluyendo a Siria, Jordania y El Líbano.
Pero, aparte de lo expuesto más arriba, es el hecho de que cuando Tiglath Pileser III rey de Siria invadió las tierras judías en el 703 a.C., la historia nos habla de los judíos que allí habían, más no de los «palestinos». Lo mismo sucedió cuando en el 606 a.C. Nabucodonosor rey de Babilonia invadió la tierra habitada por judíos y tampoco la historia no dice nada de la presencia de «palestinos». De igual manera, llegaron los romanos y allí se encontraron con los judíos pero, tampoco habían «palestinos» y dos siglos después llegaron los ingleses y se dio la misma situación: solo judíos y ningún «palestino» a la vista. Me pregunto: cómo se puede contradecir a la historia de forma tan alegre y pensar que el resto de los mortales somos idiotas o retrasados mentales?
Los árabes que nadie quería
En la medida que el Imperio británico se fue debilitando y cediendo sus posiciones de lo que antes fue el Imperio otomano, muchas naciones árabes reclamaron sus territorios. Los judíos hicieron lo propio con su Israel histórico y su capital Jerusalén; los asirios hicieron lo suyo y su capital Damasco; los árabes mesopotámicos (Irak actual) con su capital Babilonia y así sucesivamente. Pero, en esas reparticiones quedaron fuera de la misma un nutrido grupo de árabes pobres, incultos y marginados que habían habitado en las orillas de las ciudades en territorio judío. Estos pobres eran los llamados «árabes islámicos» que hoy de manera simpática se les llaman «palestinos» y reclaman las tierras judías.
¿Qué sucedió con ellos? Esos árabes islámicos nadie los quería, ni sus propios hermanos árabes. Y, la mejor «solución» que crearon al mejor estilo de la metodología socialista pero versión árabe, fue mantenerlos pobres, darles armas, alimentarle su odio hacia los judíos que los otros árabes sienten contra Israel y hacerles creer que las tierras que los judíos habitaron milenariamente, eran de ellos y tenían que luchar para recuperarlas. Así surgió su «Chapulín Colorado» e histórico: Mohammed Yasser Abdel Rahman Raouf Arafat, mejor conocido como Yasser Arafat. El resto es historia.
«Pueblo Palestino»: un fantasma en la historia
Hay muchos que piensan que Israel comenzó a ser un pueblo el 14 de mayo de 1948, cuando y mediante la Declaración Balfour se les entregó un área territorial al igual que a los llamados «palestinos» para dar así por terminado el conflicto territorial y que ambos vivieran en paz cada uno en su parte concedida. Si ese es su criterio, se equivocó pues Israel siempre ha existido como un pueblo milenario y la historia lo acredita. Los otros no, porque se ha demostrado que son unos fantasmas en las páginas escritas de la historia.
A Israel se le dio categoría de Estado y de esa manera se cumplió la profecía bíblica que reza: «Sino: Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte, y de todas las tierra a donde los había arrojado; y los volveré a su tierra la cual di a sus padres.» (Jeremías 16-15). Más claro de ahí ni el agua.
Muchos de forma alegre pronuncian la palabra «palestina» y, a lo mejor ignoran de dónde proviene y el significado que tuvo en la historia. Los primeros en pronunciarla fueron los romanos en el siglo II de la Era Común, cuando identificaron así a Jerusalén y sus áreas aledañas. En cierta manera incorrecto, porque en griego significa: «tierra de filisteos». Y es así, porque los filisteos habían ocupado una ínfima parte del área oriental que hoy se le llama «La Franja de Gaza» y ellos habían dejado de existir ya muchos siglos antes. (Ver la historia universal).
Pero, como dato curioso, los romanos habían conquistado ese mismo lugar y, al principio lo llamaron: «Reino de Judá» y luego le pusieron: «Provincia de Judea» significando ambos nombres: «país de judío». Es obvio pues, que todas estas tierras les fueron prometidas por Dios al Patriarca Abraham y a su descendencia. O sea, desde el siglo II ya la historia registra presencia judía y pregunto: ¿dónde estaban los «palestinos» que hoy reclaman esas tierras ancestrales judías y se hacen las víctimas y despojados ante el mundo?
Dice la historia, que los romanos le cambiaron el nombre a estas tierras y la llamaron: «Siria-Palestina». Pero, ¿cuál fue la razón?, fue que la sociedad judía estaba organizada en torno a la Ley de Moisés cuya causa fue la rebelión de los esclavos. Moisés protegía a los pobres y denunciaba el abuso de los romanos. Eso preocupó al imperio que temía una revuelta.
Para evitarla, los romanos ejecutaron tres enormes matanzas de judíos llamadas: a) La primera guerra judía, b) La revuelta de la Diáspora y c) La segunda guerra judía. Estos exterminios superaron en muertes los de la Alemania nazis y su Holocausto Judío. No obstante, el emperador Adriano destruyó Jerusalén, la pobló con griegos y les prohibió entrar a los judíos. Nombró a la ciudad «Area Capitolina» y a la región «Siria-Palestina». ¿Qué raro que no murió ni un solo «palestino» ni afloró ninguno?
Sin embargo, algunos judío se quedaron a riesgo de sus vidas, otros sigilosamente llegaron y el romano informal siguió llamando a la región «Judea» y con el tiempo el nombre de «Palestina» se diluye. Llega el Imperio turco-otomano (1299-1923), se apropia de la región y en 600 años no había rastro del nombre «Palestina». Sigue la cadena de la historia, arriba el siglo XX y termina la Primera Guerra Mundial y los británicos derrotan a los turcos y les quitan el Medio Oriente y asumen el mando de toda la región y crean el «Mandato Británico de Palestina».
Epílogo
Como podrán haber notado los amables lectores y partiendo de los hechos que marca la historia, nunca existió una etnia llamada «palestinos». El nombre de «Palestina» fue una denominación romana a las tierras judías y repetida por los británicos después de asumir el control en el siglo XX. Esto es una invención política interesada y una falacia del mundo árabe para arrojar ha Israel del lugar donde está y presentar estos árabes islamitas ante los ojos del mundo como víctimas de los Hijos de la Estrella de David y de despojados de «sus tierras». Estos mal llamados «palestinos» nunca fueron actores en el teatro de la historia y ahora quieren ser las estrellas del escenario.
Para concluir y demostrar que eso de «pueblo palestino» es una soberbia mentira la cual inocentemente muchos lectores repiten, voy a transcribir las palabras expresadas al diario holandés Trouw por Zuheir Hassan Mohsen Zaber, quien fuera líder palestino y alto miembro de la Organización para la Liberación de Palestina cuando manifesto:
«Nosotros somos un solo pueblo. Solo por razones políticas y tácticas sostenemos la existencia de una identidad palestina. El establecimiento de un Estado palestino es una nueva herramienta para continuar la lucha en contra de Israel y a favor de la unidad del pueblo árabe.» (cierro cita).
Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Zuheir_Mohsen.
Amables lectores, sean pues ustedes el jurado.