Durante mis años de residencia hospitalaria en México, a mis compañeros les llamaba la atención que durante el desayuno yo mezclara jugo de naranja con leche y lo tomara. Me preguntaban a qué sabía eso, pero a pesar de mis explicaciones, ninguno se animó a probarlo. La idea de combinar leche y naranja les resultaba extraña.
Muchas veces me preguntaron si esa bebida tenía un nombre y cuál era su origen. Se reían cuando les decía que su nombre es “Morir soñando”; pero en cuanto al origen nunca pude darles una explicación, pues yo lo desconocía.
Todavía en la actualidad, apenas puedo afirmar que el “Morir soñando” es un cóctel que se prepara con jugo de naranja, azúcar de caña, leche de vaca (o leche evaporada) y hielo picado. Primero se endulza al gusto el jugo de naranja y luego se le mezcla con el hielo y posteriormente se va agregando la leche, mientras se moviliza el jugo de naranja con el hielo con una cuchara, para no dar lugar a que la leche se coagule. Hay, también, quienes recomiendan que el jugo de naranja sea el último ingrediente en añadir a la mezcla.
En lo que respecta a su origen, no he encontrado a nadie que me haya podido decir con certeza dónde y cuándo se originó el “Morir soñando”, aunque, definitivamente sí se puede afirmar que se trata de una bebida exclusiva de esta región del mundo y muchos señalan su origen en nuestro país.
Al investigar sobre el origen del nombre, me encontré también con que nadie sabe con certeza de dónde proviene el nombre de esta bebida, pero muchos coinciden en que puede deberse al hecho de que dicho cóctel al momento de tomarlo provoca una sensación de relajación y mucho sueño, lo que hace presumir que el nombre proviene de la sensación de somnolencia que ocasiona el consumo de esta bebida. Otros afirman, en cambio, que el nombre proviene de la sensación que produce en el paladar, la cual se asemeja a la experiencia de morir y soñar al mismo tiempo.
Orígen
En relación a cuándo surgió la bebida, con alguna lógica se especula que su creación no debe ser muy antigua, ya que el hielo es una parte muy importante de su preparación y tienden a relacionar la creación de la bebida con la llegada al país del refrigerador y la popularización de su uso. El hielo no sólo se utiliza para que la bebida sea más refrescante, sino que también evita que la leche se corte.
Existen otras versiones del “Morir Soñando”, que consisten en solo sustituir al jugo de naranja que se utiliza para su preparación por jugo de Chinola (también conocida como maracuyá o parchita) o por zumo de limón. Esta última variante es quizá una de las variantes de “Morir Soñando” que más se acerca al original. Por supuesto, el cítrico del limón suele ser un poco más fuerte que el de la naranja. Sin embargo, con la cantidad adecuada de azúcar el resultado es delicioso.
Como curiosidad, debo señalar la existencia de “La Casa de Morir Soñando”, que es un restaurante en la hermosa ciudad dominicana de San Francisco de Macorís. El morir soñando también se ha hecho popular en Nueva York. Allí, algunos establecimientos la han convertido en su bebida exclusiva y se jactan de que sirven el mejor morir soñando de la ciudad.
En cuanto a su contenido calórico, vale la pena señalar que un vaso de Morir soñando tiene alrededor de 540 calorías, teniendo muy poco valor nutricional proteico. Este es un número muy alto de calorías, en especial para las personas ancianas y sedentarias. Para esas personas recomendamos sustituir la leche de vaca o evaporada por leche descremada, lo cual reduce la bebida a 300 calorías, aproximadamente.
En conclusión, “Morir Soñando” es una bebida típica de República Dominicana, que se ha convertido en un verdadero icono de la cultura gastronómica del país. Con su refrescante sabor a naranja y su textura cremosa, esta bebida se ha ganado el corazón de los dominicanos y también de muchos de los turistas que nos visitan.
DOMINGO PEÑA NINA