El papa Francisco arremetió contra el aborto al comparar la interrupción voluntaria del embarazo con recurrir a un «sicario», este miércoles durante su tradicional audiencia en la plaza de San Pedro del Vaticano.
«Interrumpir un embarazo es como eliminar a alguien. ¿Es justo eliminar una vida humana para resolver un problema?», preguntó el papa argentino a los numerosos fieles congregados en la explanada.
«¿Es justo contratar a un sicario para resolver un problema?», prosiguió saliéndose del texto que tenía preparado y utilizando la palabra sicario, según la versión oficial en italiano divulgada por la oficina de prensa del Vaticano.
«Eliminar a un ser humano es como contratar a un sicario para resolver un problema», repitió.
El papa criticó la supresión de la vida en el vientre materno «en nombre de la salvaguarda de otros derechos». «¿Pero cómo un acto que suprime la vida inocente puede ser terapéutico, civil o sencillamente humano?», se preguntó el pontífice argentino.
Como los nazis
No se trata de la primera vez que el papa argentino arremete contra el aborto, inclusive el terapéutico.
En junio pasado llegó a comparar el aborto con las prácticas usadas por los nazis: interrumpir el embarazo es «lo mismo que hacían los nazis para cuidar la raza pero con guantes blancos», dijo en pleno debate en Argentina para que el Parlamento legalice el aborto en ese país.
Considerado uno de los pontífices más sensibles y abiertos a las cuestiones sociales, como la homosexualidad y el divorcio, temas sobre los que ha demostrado su disponibilidad a debatir, mantiene una posición firme y cerrada sobre el aborto.
«Toda violencia y daño contra la vida provienen del miedo (…) Un niño enfermo, como cualquier persona necesitada y vulnerable, más que un problema es un don de Dios, que nos puede sacar de nuestro egoísmo y hacernos crecer en el amor», explicó.
Al hablar de las razones por las que el hombre «rechaza la vida», el pontífice argentino sostiene que es porque se tienen ídolos como «el dinero, el poder y el éxito», que considera «parámetros equivocados para valorar la vida».
«No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana», escribió Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, la primera de su pontificado, en la que advirtió que la Iglesia no cambiará su postura sobre el aborto.
La firme posición del papa coincide con la celebración en el Vaticano del sínodo de obispos de todo el mundo dedicado a los problemas de los jóvenes.
Si bien no hizo alusión directa a ello, el aborto es un fenómeno que atañe a miles de jóvenes en todo el mundo.
Según la oenegé Amnistía Internacional (AI), en los últimos 60 años, más de 30 países han modificado su legislación para permitir mayor acceso al aborto y acabar con los clandestinos, que causan la muerte de centenares de mujeres.
Sin embargo, en América Latina, el continente más católico, el debate sobre la despenalización o legalización está abierto.
El tema repercutió entre los miles de salvadoreños que están llegando a Roma para la canonización el domingo de monseñor Oscar Romero, ya que en El Salvador sus leyes entre entre las más severas de la región y castigan a aquellas mujeres que lo realizan.
Las palabras del papa generaron también la inmediata reacción del ginecólogo italiano Silvio Viale, del Partido Radical, entre los promotores hace más de 40 años de la legalización del aborto en Italia.
«Soy un médico y no un sicario», aseguró al recordar que en el 99,9% de los casos en que se diagnostica una malformación fetal, se decide un aborto: «Respeto esa decisión y garantizo ese derecho», agregó.