Gonzalo Castillo, la sorpresa política durante el año 2019, no pudo sobrepasar el fenomeno del «se van» en la campaña electoral, y su impulso de «sangre nueva» en la política dominicana no terminó de calar.
Tiene 41 años en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), pero no fue hasta el 2019 cuando empezó a proyectarse como un político porque incluso siendo ministro de Obras Públicas desde el 2012, se mantuvo bajo perfil dentro de la militancia de la organización política.
Gonzalo Castillo aspiraba a ser el presidente de los dominicanos a partir del próximo 16 de agosto y hasta el 2024, pero en los resultados preliminares de la Junta Central Electoral (JCE) sólo alcanzó el 37% de los votos. Su mayor contrincante, Luis Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM) obtuvo el 52%.
Algunas encuestas proyectaban resultados que se acercaban a los que este domingo 5 de julio se expresaron en las urnas, pero la esperanza de Castillo podía ser una segunda vuelta.
Castillo representaba, según el danilismo, la sangre nueva de la política del país, y tras ser escogido como candidato presidencial en las primarias internas del PLD el 6 de octubre del 2019, venía con él una división que causó una alteración en el partido.
Gonzalo parecía no conectar con la gente, de acuerdo con las encuestas que se realizaban antes de marzo, pero después de la pandemia del coronavirus en este mes, fue sumando puntos y se promovía como el único candidato presidencial del país que no se “quedo en caso”, sino que salió a las calles a ayudar a los más desposeídos, entregando alimentos, mascarillas, gel desinfectante, reparando viviendas y hasta trayendo a la nación en los aviones de su empresa a los dominicanos que estaban varados en el exterior debido al cierre de los aeropuertos.
A Castillo no se le observaba andar con su esposa en la campaña presidencial, Silvia López, ya que como él mismo aclaró ella prefería no involucrarse en política y dedicarse al cuidado de sus hijas Silvia Aimée y Mónica Paola que residen fuera del país. Su hijo, Gonzalo Alexander, si reside en República Dominicana y fue el único de la familia que se veía con frecuencia en la campaña.
Gonzalo Castillo, el fundador del grupo de aviación Helidosa y de Aeroambulancia, ganó las primarias del PLD en octubre de 2019 con sólo 66 días de haber anunciado sus aspiraciones y de entrar al denominado sector del “danilismo”, que también lo conformaban Reinaldo Pared Pérez, Francisco Domínguez Brito, Carlos Amarante Baret, Andrés Navarro, Temístocles Montás y Radhamés Segura.
Algunos de estos aspirantes renunciaron para apoyar a otros de sus compañeros y el danilismo (llamado así porque eran apoyados por el presidente Danilo Medina) realizaría una serie de encuestas para que solo uno de ellos compitiera finalmente en las elecciones del 6 de octubre, resultando Castillo el electo en ese sondeo.
En las primarias internas y simultáneas Castillo se enfrentaba al expresidente de la República, Leonel Fernández, a Melanio Paredes, a Maritza Hernández y a Manuel de Jesús Crespo Pérez, que al final declinó y apoyó a Leonel.
Castillo ganó las primarias con un poco margen de diferencia entre él y Leonel Fernández. Gonzalo obtuvo 48.72% y Fernández alcanzó el 47.29%.
Para las elecciones presidenciales que se celebrarían este 5 de julio, luego de ser pospuestas del 17 de mayo por la pandemia del coronavirus, la estrategia publicitaria de Gonzalo era resaltar que cuando fue ministro de Obras Públicas puso en marcha un plan de seguridad vial, mediante la Comisión Militar y Policial de esa entidad estatal.
Dentro de las propuestas de este empresario, que estudió Electrónica Industrial en el Instituto Politécnico Loyola, se encontraban un plan masivo de construcción de viviendas para clase media y baja, la continuidad de las ayudas sociales actuales del Gobierno dominicano, pasantías pagadas para los jóvenes, promoción del emprendimiento, transporte gratuito para los estudiantes, entre otras.
Castillo trató de conectar con la gente dominicana diciéndoles que él también venía “desde abajo”, que es un barahonero hijo de un ama de casa y de un humilde barbero que le dio a su hijo “la oportunidad de cumplir sus sueños”.
Fue una sorpresa en la política, pero los resultados de los comicios de este domingo no le favorecieron.