Aun sin saber cómo reponerse y llamar la atención, tras la derrota electoral de hace dos años y el descredito acumulado en los gobiernos de Danilo Medina, el PLD parece haber definido una línea política de ataques contra la Fuerza del Pueblo que lidera el expresidente Leonel Fernández.
Para algunos muy extraño, porque, aunque el partido verde gana terreno y busca el poder, no es la organización que gobierna el país.
Atacar a un sector de la oposición – que algunos contemplarían algún tipo de alianza a futuro – y no al que gobierna, pudiera parecer una estrategia equivocada.
El joven analista Fausto Montes de Oca se pregunta si acaso no habrá pactado el PLD con el gobierno y el PRM, porque sería lo único que podría explicarlo. De ser el caso, sería el PLD- agarrado de un clavo caliente- buscando “ablandar” las acusaciones que carga a cuesta, mientras el PRM-gobierno, para neutralizar la fuente primaria que nutre la Fuerza.
Algo cuesta arriba para el presidente Abinader, porque sería arriar la bandera-compromiso contra la corrupción y la impunidad. Aunque vistos como agua y aceite, que no ligan, el PLD y la Fuerza del Pueblo comparten el mismo blanco de votantes. Con la gran diferencia de que un partido tiene ya su candidato definido y bateador experimentado, mientras el otro, pese a sus largos años de juego, solo tiene aspirantes, algunos que quizá no pasen de “carga bates”.
Pese a la “fijación” o terror del PLD con Leonel, por su potencial, el PLD no lo ataca a él directamente, que supera a la organización, sino a esta. Y es que, a decir de Temo: «como Partido, no arrastra” (?) y del secre Marioti:”es como el repollo, que tiene cabeza, pero no tiene cuerpo” (¿?).
No habiendo más ciego que quien no quiera ver, ni uno ni otro advierten el crecimiento, las juramentaciones masivas que hace Leonel todos los días y la consiguiente sangría de un PLD maltrecho.
También ignoran la realidad política de un tiempo acá, de que la gente no vota a ciegas por un partido, sino por figuras y de acuerdo con coyunturas o circunstancias muy especiales, como ocurrió en las últimas elecciones que ganó Luis, al dividirse el PLD y por salir de Danilo.
Por cierto, el mismo mes de mayo que Leonel anuncia en gira por Estados Unidos que unos diez partidos pasarían a apoyarlo, vuelve a decirse que “Danilo va para la calle” (¿?).
¿Y a buscar qué? El partido morado no se repone del golpe sufrido en las elecciones pasadas y en imagen, como marca, según una reciente muestra a nivel nacional a la que tuvimos acceso, cuando vuelve a hacer aspavientos y a amenazar con carabinas vacías.
Bien le advierte Ramon Alburquerque, perremeista “apertrechado”, que “si el PLD sale a las calles, encontrará tantas reacciones negativas y agresivas de la gente, que no se atreverá a salir otra vez”.
Danilo es el jefe único del PLD, pero el principal obstáculo para que esa organización pueda salir a flote, por los lastres o los casos y cosas, aún pendientes de fallos judiciales, de los que se le atribuyen ser el principal responsable, fuera por comisión o por omisión. NOTA: otro Alburquerque, el exvicepresidente, fue claro en que:” la única alianza es con la base del PLD, no con la cúpula”. Pero, y pisando en tierra e invirtiendo lo que se dio con el PRM y la Fuerza, si PLD y FP no van en alianza parcial a las próximas municipales y compresionales, podrían perder la mayoría de la representación actual. ¿Lo tienen