Observando el comportamiento del ex-acorazado morado es evidente que la sinrazón y el rencor es más poderoso que la lógica política.
Parece que el propósito del PLD de Danilo Medina es que Leonel Fernández no sea presidente, cuando lo ideal es que el PLD luche por volver al poder con su candidato, que en este caso es Abel Martínez.
Danilo convirtió el PLD en un círculo de gente afín a él, haciendo abstracción de la trayectoria política de muchos de sus militantes.
Solo debemos observar la formación del Comité Político de ese partido, donde parece que el requisito esencial es ser servir a Danilo Medina.
Personalmente pienso que Danilo no debe ni debió ser presidente de ese partido. En cualquier sistema político, mínimamente respetable, cuando el partido no hace una buena presentación electoral sus autoridades renuncian para que lleguen otras caras y revivan el ánimo muerto.
Medina recibió un PLD en el poder, con mayoría en ambas Cámaras Legislativas, mayoría de Alcaldías y Regidurías a nivel nacional y salió del poder sin nada y desacreditado, aunque su obra de gobierno es envidiable y prospera para el pueblo.
Fruto del resentimiento que arropa la mentalidad de Danilo este lleva al PLD por un destino equivocado. Eso no es nuevo. Juan Bosch en su afán de hacer perder a Peña Gómez duró décadas en la oposición. La diferencia es que era algo ideológico ahora no es así.
Con respecto a Abel Martínez, virtual candidato, es innegable sus falencias intelectuales, conceptuales y estratégicas.
A mí entender y si yo tuviese poder de decisión en ese partido apostaría por llevar a Francisco Javier García de candidato presidencial. Tiene más carisma, discurso, gallardía y tiene las herramientas necesarias que debe poseer un candidato en esta época.