Cuatro maremotos han impactado a República Dominicana después de un terremoto. El primero de ellos fue en 1842 sufriendo los embates de este fenómeno toda la región norte de la isla de Santo Domingo, especialmente Haití.
El libro “Aspectos de la sismología dominicana” de Ramón Delanoy cita también a un maremoto que azotó a la costa este de República Dominicana el 10 de octubre de 1918. El tsunami ocurrió después de un sismo de 7.6 grados en la escala de Richter con epicentro en el Canal de la Mona.
“El mar se alejó convulsionando y regresó violento”, destaca Delanoy en la obra que hace además un recuento de los terremotos que han azotado a la isla desde el 1492.
El 4 de agosto de 1946 a la 1:51 de la tarde un maremoto arrasó con la bahía de Samaná, luego el mar se alejó, pero regresó y devastó al poblado de Matancita en Nagua.
Un tsunami también entró a República Dominicana en 1984, sin embargo, éste no tuvo gran notoriedad.
Delanoy, quien es el director del Centro Nacional de Sismología, aclara que cuando las olas del mar se desplazan hacia las costas después de generarse un maremoto como consecuencia de un terremoto, se observa cierta luminiscencia en las olas.
“El agua marina se encuentra permanentemente en movimiento. Una ola es el movimiento del agua marina, causado por el viento, los terremotos, diferencias de temperaturas o por las mareas. Las olas producidas por la ocurrencia de un sismo, viajan a una gran velocidad, por eso su poder destructivo”, indica Delanoy.