Un hombre entró en una catedral de Brasil el martes y abrió fuego justo después de la misa, matando a por lo menos cuatro personas e hiriendo a otras cuatro antes de suicidarse, informaron autoridades.
El tiroteo, algo inusual en la nación más grande de América Latina, ocurrió después del servicio del mediodía en la Catedral Metropolitana de Campinas, a unos 100 kilómetros (60 millas) al norte de Sao Paulo. “Es muy triste, es difícil imaginar el dolor que esto ha causado”, expresó Wilson Cassante, portavoz de la arquidiócesis.
Horas después, se veía a los paramédicos sacando de la iglesia cadáveres y heridos. Las autoridades identificaron al atacante como Euler Fernando Grandolpho, de 49 años, residente de Valinhos, una ciudad cercana en el densamente poblado estado de Sao Paulo. Grandolpho, analista de sistemas, no era miembro de la grey, dijeron las autoridades. De acuerdo con registros públicos, el atacante ha tenido varios empleos con entidades del gobierno, incluyendo un tiempo como asistente del fiscal en el ministerio público de Sao Paulo. Las autoridades dijeron que todavía no determinan el móvil del ataque. Una mochila encontrada cerca del atacante muerto contenía su identificación pero no había nada más, dijo el detective Jose Henrique Ventura. “Gracias a la intervención de la policía se evitó algo mucho más grande”. El año pasado casi 64,000 personas fueron asesinadas. El presidente electo Jair Bolsonaro, un excapitán , hizo campaña con la promesa de acabar con la violencia en parte flexibilizando las leyes de armas para que los civiles puedan defenderse ellos solos.