La jueza del Quinto Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional, Arisleyda Méndez Batista, ratificó ayer la prisión preventiva al mercadólogo y comunicador Pablo Ross, acusado de abuso sexual contra su hijastra, quien es menor de 16 años.
La magistrada tomó la decisión tras considerar que no han variado los presupuestos que dieron lugar a la imposición de la medida de coerción.
Ross guarda prisión en el Centro de Corrección y Rehabilitación de Najayo Hombres desde el pasado 25 de septiembre, luego de que la Oficina judicial de Servicios de Atención Permanente del DN, presidida por el juez José Alejandro Vargas, ordenara tres meses de prisión preventiva en su contra.
En esa ocasión, el magistrado Vargas acogió la solicitud del Ministerio Público de imponer prisión preventiva tras observar la reproducción de una entrevista psicológica que se le aplicó a la menor, en la cual se presume que corroboró con su testimonio la acusación que pesa sobre el imputado.
El relato. De acuerdo con los interrogatorios, la primera en enterarse del acoso sexual a que era sometida la menor fue su psicóloga, luego una amiga, su novio y posteriormente su madre, a quien le informó sobre los hechos el pasado 9 de septiembre.
Las agresiones habrían comenzado hace cinco años cuando cursaba el quinto año de primaria a modo de conversaciones insinuantes, abrazos y besos.
La adolescente empezó a confesar los hechos la primera semana de ese mes. Poco después que se enteró, la madre cuestionó a Ross, quien admitió una conducta inapropiada hacia la joven de la cual dijo estar arrepentido. No obstante la madre le pidió que se marchara de la casa, iniciando más tarde el proceso legal junto al padre biológico de la adolescente.
Sentimientos de culpa. La víctima reveló que se sentía culpable por el hecho y temía que una denuncia contra Ross pudiera provocar un escándalo que afectaría a su madre. Además, sentía temor que Ross fuera apresado, por su hermanita de tres años.
“No me gustaría que lo encarcelaran, él tiene una hija, que es mi hermana, y tampoco quiero que se haga público porque también afectaría a mi mamá”.
La adolescente pidió a la psicóloga forense que le entrevistó, Brenda Mejía, ser tomada en cuenta en la decisión del proceso legal.