Gonell Franco
El río Masacre nace en territorio dominicano, pero territorialmente somos una isla, y tanto esta fuente como cómo el Artibonito, tienen incidencia en los dos territorios.
Lo mismo pasa con la mina de oro que hay en la zona de Restauración, la cual se extiende hasta terrrotorio haitiano y que su explotación será muy lamentable para ambos territorios, por el hecho de que cómo
va a afectar las aguas y el medio ambiente en sentido general, constituyéndose en la principal amenaza e inminente problemática para los dos territorios.
A esto hay que sumarle el deterioro que, producto de la deforestación se le ha causado a las cuencas del río Masacre, para conuquismo y comercialización de madera.
Entre junio y julio yo subí en 9 ocasiones al Pico del Gallo, en loma Nalga de Maco, participando en un plan de reforestación, y la situación que hay ahí, debido a los dos factores ya señalados, y también la extracción de arena por la zona de Loma de Cabrera, es tan dolorosa, triste penosa e indignante, que da voluntad de llorar.
Pero lo mismo venía sucediendo con la extracción de grandes cantidades de arena por parte de haitianos, frente al lugar conocido como La Mara, en Dajabón, extracción que después de la construcción del muro fronterizo, la han extendido al cause del río en la parte dominicana.
La descripción de este panorama nos deja claro que no es el canalito que se construye en territorio haitiano, el que va a afectar dramáticamente el río Masacre. Es toda la situación que acabo de exponer, la que provocaría en unos pocos años la desaparición de esta importante fuente y ni pensar lo que esto implicaría para las dos naciones, República Dominicana-Haití.