Durante el invierno de 2013-2014, la negativa del pro ruso presidente ucraniano Víctor Yanukovich, de firmar el acuerdo que permitiría al país unirse a la Unión Europea, incentivó un movimiento masivo que manifestó con fortaleza y determinación, su disconformidad y enojo por dicha negativa, pues la ciudadanía, en su mayoría, pedía vínculos profundos con Europa y el establecimiento de normas para una mejor gobernabilidad, que evitara la enorme corrupción incrementada sobremanera en sus años de gobierno, lo que llenó de pavor a Yanukovich y lo empujó a huir del país, dejando acéfalo el gobierno, creando un vacío de poder que había que llenar.
Vladimir Putin y sus fans, apologistas del totalitarismo, siguiendo su agenda de desinformación, acusan a USA de haber invertido millones de dólares, y de usar sus agencias de inteligencia para infiltrar el país desde principios del 2004, acusando falsamente de manera insistente a la primera potencia mundial, de propiciar un golpe de Estado y formar un gobierno ilegal para la fragmentación de Ucrania.
Esa fue la excusa, tras difundir, además, la idea poco creíble, de que a Ucrania la gobernaba un régimen nazi, para invadir brutalmente su territorio, cometiendo de paso horripilantes crímenes de guerra y lesa humanidad, contra la población civil, que indefensa sufrió al máximo abusos de todo tipo, incluido el sexual, de parte de la criminal y despiadada soldadesca neo colonial enviada por el megalómano aspirante a zar, que desgobierna la Federación Rusa de manera totalitaria desde 1999.
A lo que se llamó La Revolución Euromaidán, comenzó como unas protestas masivas provocadas por la repentina e inesperada decisión anunciada por el gobierno sumamente corrupto y nepotista de Yanukovich el 21 de noviembre de 2013 de no firmar el “Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea”. Se sabe que la razón por la que el gobierno de Yanukovych se negó a firmar el Acuerdo fue, obviamente, su jefe, Vladimir Putin.
Pero sabemos bien que, a estos apologistas del totalitarismo, es el odio visceral en contra de EEUU lo que los hace defender y amar apasionadamente, a cualquiera que esté en contra de esa gran potencia. Estos aplican el pensamiento de que el enemigo de mi peor enemigo es mi mejor amigo, por lo que decididamente apoyan las dictaduras que se hacen llamar anti imperialistas, independientemente de si son dictaduras totalitarias, autoritarias y asesinas, que gobiernan para siempre y jamás acepten que se produzcan cambios que pongan en peligro su permanencia indefinida en el poder absolutista.
Sienten admiración por los ayatolas iraníes, quienes oprimen brutalmente a sus súbditos, obviamente por el oprobioso y sanguinario nuevo zar que dirige el Kremlin, por Daniel Ortega, dictador totalitario de Nicaragua, por la longeva dictadura cubana y hasta por el régimen mesiánico de Kim Jong-un en Corea del Norte… ¡Vaya, que descaro, el de estos malévolos personajes!
- Por JOSE FLANDEZ