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sábado, noviembre 23, 2024

Problemática haitiana y la Tercera Guerra Mundial (2 de 2)

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Preliminar

Esta es la segunda y última parte de este artículo. De inmediato transcribo el enlace de la primera entrega para quienes no lo hayan leído, o para aquellos que deseen refrescar el anterior, lo que les permitirá conectarse de manera efectiva con la totalidad del texto.

1 – ¡Santo Dios!, en el año dos mil se calculó, que en 35 años de operaciones la Barrick Gold vendería oro por un valor cercano a los 450 mil millones de dólares. Hoy, en el 2024, como el precio del oro se ha disparado a niveles impensados, esa cantidad sobrepasa el billón de dólares. Y pueden ser más, si tomamos en cuenta, que no se habla de los restantes metales que también se explotan y venden a precios con alta rentabilidad. De esa astronómica suma, una vez deducidos los costos operacionales, a los dominicanos solo les toca el 3%, una migaja que no da ni para costear la reparación al medio ambiente.

2 – Si esa traición contra la patria no se hubiera permitido, y el contrato hubiese sido justo, digamos, 50 a 50, o más para el dueño de la mina, tal como hicieron Evo en Bolivia y Chávez en Venezuela, que solo concedieron el 20% de beneficios, entonces, hoy nuestra República Dominicana tendría una nación con una de las economías más robustas y sólidas de la tierra. Al efecto, no tendríamos deuda externa, ni tendríamos que coger prestado ni un solo centavo, y tendríamos un peso a par con el dólar, por las grandes reservas de oro que tendríamos en el Banco Central, haciendo la salvedad, NO en banco de Londres, sino en el nuestro, porque los ingleses se los roban, tal como han hecho con las reservas de oro de Venezuela y de otros países que han depositado allá sus reservas de este metal precioso.

3 – Pero los integrantes del Conep, al no amar a su pueblo ni a su patria, optaron por los intereses extranjeros y los egoístas suyos, en consecuencia, nunca se opusieron a la concretización de aquel contrato infame, al contrario, posteriormente se opusieron a su modificación solicitando que se dejara tal como estaba, 97 a 3, invocando la seguridad jurídica del país, alegando que nuestro país no debe poner en entredicho la seguridad jurídica, porque eso alejaría a los inversionistas extranjeros.  Con esta posición, el Conep legalizaba el saqueo más bestial y obsceno que se ha hecho contra nuestro pueblo.

4 – De la situación actual de Haití, ciertos militares y empresarios, también tienen velas en este entierro. Principalmente, los grandes empresarios que sabían muy bien de los planes de las élites imperialistas para unificar la isla, a pesar de ello, han contribuido con esta conspiración contra la patria, trasegando ilegalmente miles de haitianos hacia nuestro territorio, que hoy son millones.  También, esta traición a la patria por ciertos militares, la han venido cometiendo, unos por bandidos y otros porque los mandan a la frontera con sueldos de hambre y miseria. Pero los empresarios han permitido esta invasión silenciosa de haitianos hacia nuestro territorio – repito – porque no aman a su pueblo, ni a su patria, sino al dinero. Ese es su único Dios. Su prójimo y su patria, no cuentan en sus corazones, ni en sus principios, ni en sus amores.

5 – Esta deslealtad con la tierra en que nacieron, ha sido la forma de los empresarios señalados de cooperar con el plan de las élites imperialistas estadounidenses, formulado para dominar, saquear y unificar la isla que compartimos haitianos y dominicanos.  Con esta cooperación, se la han puesto fácil al imperio.  En esta conspiración, la emigración ha sido tanta, que parece, que ya la fusión es irreversible. Ahora, con las pandillas en Haití, que EE.UU. no quiere eliminar, el plan de la fusión de la isla marcha a todo dar, como cosa natural, no obstante, la oposición del 99.9 % de los dominicanos.

6 – El 0.01% restante, es de los empresarios aludidos, que se imponen, porque son quienes tienen el poder, la fuerza, el dinero y las relaciones de confabulación con quienes no quieren para Haití, ni para El Salvador, ni para el resto del Tercer Mundo, que haya paz, ni seguridad, ni estabilidad, ni desarrollo ni progreso, mucho menos democracia, independencia y soberanía. El caos, la vulnerabilidad, la pobreza y la ignorancia extrema de los pueblos, es lo que interesa; con estas lacras, es que se dan las condiciones ideales para el dominio y saqueo de las naciones.

7 – Los pecados de los integrantes señalados del Conep, se vuelven más pecaminosos, al traer a colación, que ellos han sido beneficiados con el 80% del 100 % de la riqueza generada en el país después de la muerte de Trujillo. Solo en exenciones fiscales y arancelarias y en subsidios a combustible, estos turpenes evaden pagar al fisco 340 mil millones de pesos, que bien servirían para pagar mejores salarios a los policías y a otros servidores públicos.  También, con esta astronómica suma, el gobierno tendría suficiente dinero para asistir a millones de dominicanos paupérrimos, que hasta mueren porque no tienen con qué cubrir los medicamentos que afectan sus cuerpos con enfermedades catastróficas.

8 – Actualmente, la lucha entre el bien y el mal se ha tornado exponencial. Sabemos que los cuatro caballos del apocalipsis están extremadamente robustos, puesto que sus alimentos, hoy en día, más que nunca, abundan sobre la faz de la tierra.   Pestilencias, guerras, conflictos y luchas, hambrunas, muertes y autoridad para matar con espada, con hambre y pestes, y por medio de máquinas diabólicas fabricadas por los hombres que responden al anticristo.

9 – De acuerdo a la iconografía cristiana, estos jinetes representan las grandes catástrofes que llevarán a la humanidad a la destrucción absoluta y a un Juicio Final.  Yo no doy por seguro que estas profetizaciones sean una verdad absoluta, pero la ocurrencia tan persistente de ellas, me inclinan a pensar, que hay algún grado de certeza de ellas.   Por ejemplo, los presagios actuales de una pronta Tercera Guerra Mundial, los asocio, con la ocurrencia de una serie de eventos abominables como las hambrunas y las guerras, que de seguir produciéndose, llevarán a la humanidad a la destrucción total.

10 – Entonces, serán cosas sin sentido, la guerra en Ucrania y en otras naciones, el genocidio en la Franja de Gaza, la abulia hacia Haití de los imperialistas, la fiera oposición a Bukele contra su determinación de eliminar las pandillas que acaban con su país. También, al final de los días no tendrán sentido, las matanzas imperialistas por territorios y recursos naturales, ni las masacres y agresiones a naciones débiles para saqueo de petróleo, gas natural, oro y diamantes y otros recursos.

11 – Tampoco tendrán sentido, las riquezas en pocas manos en detrimento del pan de millones de personas, que por no tenerlo, se acuestan sin llevar un bocado a la boca y que desnutridos, mueren a destiempo en abyecta pobreza.  Tampoco tienen mérito celestial, las fortunas mal habidas como las obtenidas robando el sudor al obrero, o hurtando el dinero del erario, con la agravante, de que esas, ni ninguna otra riqueza material la llevaremos con nosotros en el día que nos toque pasar a otra dimensión de la vida.

12 – Hoy en día, los poderes fácticos de Occidente catalogan a Putin como carnicero y criminal de guerra; y de enemigos de la libertad, a personajes como Patricio Lumumba, Fidel Castro, Hugo Chávez, López obrador y hasta al papa Francisco.  En este aquelarre, Nelson fue tachado de “hijo de perra” por Donald Reagan, cuando aquella personalidad africana (hoy patrimonio de la humanidad), luchaba contra el apartheid en Sudáfrica, su país natal. En cambio, para occidente, son luchadores por la libertad, individuos como Anastasio Somoza, Trujillo, Benjamín Netanyahu, Luis Posada Carriles, Henry Kissinger, Dan Mitrione, Augusto Pinochet, John Bolton, Jai Bolsonaro, Álvaro Uribe, Juan Guaidó, Corina Machado, Elliot Abrams, Mario Vargas Llosa, José María Aznar, Marcos Rubio, Bob Meléndez, Donald Trump, Joe Biden, los Busch, los Clinton, Victoria Nuland, Boris Johnson, Volodímir Zelensky, Luis Almagro, etc. También para occidente son luchadores por la libertad, Leonel, Danilo, Hipólito, Miguel Vargas…  Paramos aquí, porque este listado se hace interminable. Por estos inverosímiles fenómenos dialécticos, este mundo, tal como lo definió Eduardo Galeano, es un mundo al revés.

13 – En un mundo así, injusto y cruel, de espalda a la realidad de la muerte, e indiferente ante el hecho, de que post mortem, daremos cuenta de nuestras malas o buenas acciones, se soslayan las palabras del Eclesiastés: “Todo es vanidad de vanidades, polvo eres y en polvo te convertirás”.  Y si no hicisteis tesoros en el cielo, tu vida ha sido en vano.

14- Si por las transgresiones y arrogancia de los que gobiernan a este mundo, se diera la Tercera Guerra Mundial, que con fuego nuclear se está cocinando, nuestro planeta será desolado totalmente, con lo que habremos perdido para siempre el lugar más hermoso y propicio para el milagro de la vida. Entonces, el sumario de la maldad humana se habrá consumado en su máxima expresión. ¡Poderosos de este mundo, si esto es lo que queréis, adelante con vivir acorde con la miseria espiritual de vuestros egos y sin refrenar la voluntad malsana que da rienda suelta a la comisión de tantas perversidades!

15 – ¡Que Haití siga ignorado!  Adelante con la guerra en Ucrania y por doquier. Que continue el genocidio en la Franja de Gaza, en el Congo y por doquier.  Que las riquezas del mundo permanezcan en manos de unos pocos.  Que prosiga el matar y robar de las grandes potencias.  Que persista el robo del sudor al obrero y la deshumanización.  Acentuemos el odio al prójimo y divinicemos lo que es diabólico.  Que se continúe usando las religiones para y el miedo y controlar a la gente.  Que los medios de comunicación insistan en mentir, manipular y embrutecer a las masas.  Que los narcotraficantes y lavadores de capitales prosigan haciendo de las suyas impunemente.  Que los gobernantes continúen engañando y tiranizando a sus respectivos pueblos.  Que se mantengan sonando los tambores de guerra que agitan la Tercera Guerra Mundial; a ver si es cierto, que el karma y la ley de causa y efecto, son solemnes disparates y mentiras, de profetas y místicos chiflados.

El que tenga oídos, que oiga…

MIGUEL ESPAILLAT

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