HAITI.-Hoy más que nunca Haití demanda de la solidaridad global de los pueblos y sectores comprometidos con la paz mundial, para revertir la falta de institucionalidad, la pobreza, la corrupción oficial la exclusión social y la violación de derechos humanos.
Así lo plantea la Comisión de Pueblos Originarios y Afrodescendientes, a través de su organismo Alianza CONVIDA-20, en un amplio documento difundido por diversos medios.
Agrega sobre lo que considera una ilegitimidad de una democracia usurpada por el poder político, e indica que Haití, hoy, como ayer, es víctima de un modelo mundial de desarrollo económico en el que prevalece la injusticia social por encima de las necesidades de los seres humanos y la preservación de la biodiversidad, como centro de un idóneo plan de gobierno a favor del pueblo y de la naturaleza.
En su documento, titulado Haití: Entre la Esperanza y la Rebeldía, precisa que este país presenta un estado de inestabilidad política inmanejable, que está poniendo al borde del abismo la capacidad de espera de una población.
Una población condenada por el racismo y el colonialismo, realidad que se hace inaceptable, caracteriza por la falta de respeto a la institucionalidad democrática, la inexistencia de garantías constitucionales y el predominio de intereses dominantes y del capital internacional produciendo una crisis política y humanitaria.-